miércoles, 24 de noviembre de 2010

Un coro reconvertido

La catedral de Santa Ana, Las Palmas, albergó en su momento un coro. Desde 1497 se tiene constancia de ello; en 1690 Lorenzo de Campos, a través de un dibujo, nos lo muestra con sus cinco entradas. En 1802, se le encargo realizar otro con mayor monumentalidad a Luján Pérez. Quedó configurado con dos entradas, tribunas de Ossavarry y, en 1818, sillería de caoba americana realizada por Sebastián Melián.

En la década de los 60 del siglo XX, el obispo  Pildain ordenó su desmantelamiento, quedando las sillas diseminadas por el templo y los muros, desmontados piedra a piedra, guardados hasta que se convirtió, gracias a la idea de Don José Miguel Alzola, en la pared que cierra el jardín del Palacio Obispal por la calle Obispo Codina.


Bibliografía:
Jaime Morales García, Pasear por Vegueta.

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