La Roldana

Luisa Ignacia Roldán Villavicencio conocida como la Roldana fue enseñada por su padre a dibujar y modelar al ver este las capacidades artísticas que mostraba desde niña. Era sensible y afectiva pero valiente y decidida al mismo tiempo. Destacará en la imaginaría y se convertirá en la mejor discípula de Pedro Roldán, su progenitor, además de una de las mejores escultoras del barroco español.

El matrimonio de La Roldana no es del agrado de la familia, considerada como un importante clan del ámbito artístico hispalense, y se ve obligaba a trabajar fuertemente para mantener a sus hijos ya que su trabajo era la principal fuente de ingresos económicos. A pesar de esto realiza la tarea con esmero debido a sus ganas de triunfar.

La artista alcanza fama en Sevilla y le llegan encargos de otras ciudades. Marcha a Cádiz donde realiza las esculturas de San Servando y San Germán para la nueva catedral y, dos años después , parte rumbo a Madrid bajo la protección del que era ayuda de cámara del rey Carlos II. Ya en la capital presenta pequeños grupos escultóricos para solicitar la plaza de escultura real. Bajo este título y como encargo del rey realiza su obra cumbre, El arcángel San Gabriel con el diablo a los pies que se encuentra en El Escorial. A pesar de su tarea su situación económica no mejora ya que son frecuentes los impagos y se ve obligada a recurrir a su carácter para exigir los pagos que se le debían. Al morir el rey le presenta dos obras a Felipe V junto con la solicitud de seguir como escultora de cámara, hecho que se le concede.

La Roldana muere a los cuarenta y ocho años  en plena actividad artística.


 Documental sobre La Roldana:
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